Biografía
En 1888 llegó a la Argentina Antonio Curatella (1852 – 1922) de 36 años de edad, junto a su mujer Clara Manes y a sus cuatro hijos: Rosa, José, Francisco y Horacio.
Antonio era de Potenza, al sur de Italia y venía en busca de trabajo. Llegó a La Plata con la esperanza de realizar importantes esculturas para el Palacio de la Legislatura, pero otro escultor italiano Víctor de Pol (1865-1925) consigue la mayoría de los contratos y a Antonio le queda el trabajo de decoración de frentes de las viviendas y edificios públicos.
Aquí nace su quinto hijo, María Antonieta y el 14 de diciembre de 1891, a las 11 de la noche, nace Pablo, quien sería uno de los mayores escultores de la historia del Arte de los Argentinos. Pablo, el sexto de nueve hermanos (más tarde llegarían Elisa Sara, María Italia y Humberto), realiza los estudios primarios y secundarios en La Plata. Trabajó un corto tiempo como tipógrafo en una imprenta y cuando su familia se muda a Buenos Aires, a la calle San Martín entre Córdoba y Viamonte junto a las Galerías Bon Marché (hoy Galerías Pacífico), comienza a estudiar escultura junto al maestro Arturo Dresco (1875-1961) que tenía su taller allí.
En la casa de los Curatella los artistas eran siempre bienvenidos. Carlos Ripamonte, Antonio Alice, Walter de Navazio, Ramón Silva, Américo Panozzi y Valentín Thibon eran habitué de los almuerzos los días domingo. Años después Thibon se casaría con Elisa, una de las hermanas menores de Pablo.
Le aconsejan ingresar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, que funcionaba también en el Bon Marché, pero al poco tiempo de ingresar es expulsado por sus actitudes radicales frente a los maestros. Es así que comienza a trabajar en el taller de Lucio Correa Morales (1852-1923) en la calle Darragueira 2438, y durante dos años colabora con el maestro en algunas de sus más importantes obras como la escultura de Bartolomé Mitre que se encuentra en el Museo Mitre y el monumento a Carlos Tejedor que se encuentra en Palermo.
En el año del Centenario (1910), procurando lograr una beca para estudiar en Europa, con algunos ahorros de la familia compra oro y realiza una medalla para ser entregada al Vicepresidente de la Nación, Victorino de la Plaza. Es él quien consigue que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, le otorgue una beca para estudiar en Florencia.
Allí viaja y permanece durante dos años en dicha ciudad, donde además su maestro Dresco es vicecónsul. Allí realiza sus primeras obras y luego continúa viajando por Londres, Dresden, Berlín, Viena, Amberes, Amsterdam y París, donde comienza a trabajar en el taller de Aristide Maillol.
Regresa a la Argentina ante el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Vive en Belgrano, donde se había mudado su familia y envía regularmente al Salón Nacional de Bellas Artes.
En 1917 vuelve a viajar a Europa, entrando por Barcelona, visitando Madrid y radicándose en París, donde estudia en la Academia de Paul Ranson, un artista nabis que le permite conocer e intimar con Maurice Denis, Paul Sérusier y comienza a trabajar con Emile Antoine Bourdelle. Sus obras de este período son figurativas pero ya reflejan la intención de buscar una síntesis, una simplificación.
A fines de 1918 regresa a nuestro país ya que se habían acabado sus fondos y no tenía forma de vivir en Europa. En septiembre de 1919 obtiene el Tercer Premio del XIX Salón Nacional, con una obra titulada “Estudio”, que es un busto de su hermana María Antonieta. Comienza a recibir importantes críticas, como la de Pedro Blake en la Revista Augusta.
Al año siguiente en 1920 viaja nuevamente a París, donde viviría casi 30 años. Se radica en Montparnasse, en el estudio que había sido de Amadeo Modigliani, y reinicia sus estudios con Bourdelle. Trabaja con André Lhote, un importante maestro que influenció mucho en el grupo de artistas argentinos. Conoce en la Academia “Le grand chaumiere” a la que sería su mujer, Germaine Derbecq. Ella le presentó a Juan Gris, con quien la unía una profunda amistad, y él influyó muchísimo en la obra de Curatella.
En el período 1921/1926 es que realiza sus obras cubistas o “pesadas” como le gustaba llamarlas a su mujer: “Mujer del tapado grueso”, La Guitarra”, “El Guitarrista”, “El Acordeonista”, “El Hombre del Contrabajo”, “Mulata”, “Ninfa Acostada”, “Pomona” y su obra cumbre “Los Acróbatas”, realizada en 1923 y expuesta por primera vez en el Salón de Independientes, en el Jardín de las Tullerías, en 1925.
Ante su situación económica desesperante Bourdelle le escribe una carta al Presidente de la Nación Marcelo T. de Alvear solicitándole que apoye a Curatella. Es así que el Presidente lo nombra Canciller, el cargo administrativo más bajo de la Embajada Argentina en París. Durante los próximos 3 años prácticamente no trabajará en sus esculturas, ya que se dedica tiempo completo a sus tareas de funcionario.
En diciembre de 1929, en medio de la gran crisis económica, un importante coleccionista de Filadelfia, David Bortin, le adquiere 4 esculturas y esto lo motiva para dedicarle más de tiempo a la escultura. Su mujer Germaine, estaba trabajando en una versión de “Las Tres Gracias” de Rubens, y esto le inspira para realizar una nueva obra en 1930.
En 1934 nace Jorge Antonio, su único hijo. Alquila dos departamentos en la rue Lauriston, en uno tiene su taller y en el otro la vivienda. Germaine, su mujer, para aportar a la economía de la casa, se dedica también a realizar sombreros.
En 1937 le solicitan unos mapas cartográficos para el Pabellón Argentino en la Exposición Internacional y Universal de París. Curatella realiza dos esculturas una de ellas “Tierra Argentina” y la otra “Los Dos Hemisferios”; y es condecorado por el Gobierno francés con la Legión de Honor.
Lo ascienden en su cargo en la Embajada y a partir de allí, con la ocupación alemana de Francia, debe iniciar el éxodo de París. Se radican en Vichy, en el sudeste de Francia, en la región de Auvernia. Allí comienza a realizar la “Estructura Madre”, que servirá de base para otras 7 variaciones y esculturas.
Al fin de la guerra reinstala la Embajada en París, y también se ocupa de reparar la casa del Gral. José de San Martín en Boulogne Sur Mer.
En 1947 lo designan al Consulado General de la Argentina en Oslo, Noruega y allí se presenta al libro de Maurice Raynal sobre su obra. El mismo lo dedica a su mujer: “A Germaine, mi esposa, que, al compartir conmigo las inquietudes de la lucha artística, se hizo partícipe del cordial aplauso que mi obra alcance.” En septiembre del mismo año obtiene el Primer Premio en el XXXVII Salón Nacional de Argentina, con su obra “Dragón”.
En 1949 es designado al Consulado General en Atenas, Grecia y decide donar sus 31 obras más importantes para la creación de un Museo de Arte Moderno en la Argentina. Las mismas debían ser fundidas y realizarse una exposición en Francia y después en la Argentina.
El 17 de febrero de 1951 vuelve a la Argentina, llamado por el Ministerio y comienza a cumplir tareas en la Dirección de Cooperación Cultural. Al año siguiente participa en la Bienal Internacional de Venecia, con su obra “Pájaro”, la primera de las 7 variaciones de la “Estructura Madre”.
En 1953 le encargan un busto de la señora Eva Perón. Recién en 1955 es aceptada su donación por un decreto del Presidente Pedro Eugenio Aramburu; pero no se asignan fondos para la fundición, exposición y transporte de las mismas y llegarán a nuestro país luego de fallecido el artista. Al año siguiente expone en el Salón Nacional “Proyección VII”.
En 1957 realiza su primera y única exposición individual en Galería Wildenstein, de la calle Florida, y simultáneamente trabaja en dos grandes relieves para el Teatro Gral. San Martín, “El Drama” y “La Comedia”.
En 1961 viaja nuevamente a París, y al año siguiente lo invitan a realizar una gran exposición en la Galería Creuze de esa ciudad. Dado que el lugar era de gran tamaño, él propone también invitar a jóvenes artistas argentinos a exponer junto con él. El Museo de Arte Moderno de París adquiere “El Guitarrista” y “Torso femenino”. Enfermo, retorna a Buenos Aires, donde fallece el 14 de noviembre de 1962, a los 71 años.
En 1964 se realiza una retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes con 62 obras, y en el año 1982 se vuelve a realizar en el mismo lugar una exposición homenaje con 60 obras. En 1998 en Zurbarán realizamos la primera antológica del artista, y en el año 2000 otra exposición retrospectiva en el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio A. Caraffa” de la ciudad de Córdoba. En 2004, 2017 y 2019, Zurbarán realiza exposiciones retrospectivas en su sala de la calle Cerrito, Buenos Aires.