El sereno florentino
Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Nació en 1445 en Florencia y fue bautizado Alessandro, pero su hermano mayor, quien le llevaba 25 años, tenía como seudónimo “botticello”, no se sabe si porque era muy gordo o bien porque le gustaban las botellas con alcohol, así que por eso lo conocemos como Botticelli a este fino y sereno pintor, uno de los más importantes de la historia del arte universal.
Sus primeros pasos son con uno de su hermanos, que era orfebre, y luego entra al estudio de Fra Filippo Lippi y se especializa en el tema de Madonas o Vírgenes, que es lo más abundante de su producción la cual no llega a 180 pinturas.
Gozó del apoyo de la familia Médici y en muchas de sus obras están representados algunos de los miembros de la misma, y hasta incluso se autorretrató en alguna ya que en dicha época no se firmaban las obras porque la Iglesia consideraba que no debían tener autor destacado.
Nunca se casó y manifestó que tenía “terror al matrimonio”, pero creemos que algún romance tuvo con la bellísima Simonetta Vespucci, que es retratada en sus mejores obras como “El Nacimiento de Venus” y “La Primavera”, sus dos obras cumbres que podemos disfrutar en las Galerías de los Uffizi en Florencia desde 1815.
No son muchos los retratos que se conocen de su autoría, en España durante años pudimos disfrutar, en el Museo del Prado, uno prestado por la familia de Francisco Cambó, y hace dos años la obra salió con permiso temporal a una feria de arte en Londres, ya que la familia decidió venderla y pedían 30 millones de dólares. De haber un candidato, el gobierno de España podía igualar la oferta, e incluso si no la compraba podía impedir que saliera nuevamente de territorio español. El precio era elevado ya que la mayor venta conocida de Botticelli fue hace unos 7 años con una obra titulada “La Madonna Rockefeller”, en honor de sus propietarios, que se vendió en 11 millones de dólares y es su mayor valor conocido, solamente han aparecido 25 pinturas a la venta en los últimos 30 años y sorprende la base de 80 millones que tiene el retrato que se venderá hoy en Nueva York en el remate de Viejos Maestros, la obra fue vendida en 1982 en un millón de dólares y su dueño la ha prestado al Metropolitan de Nueva York y a la National Gallery de Londres, para darle buenos antecedentes. Es muy linda esta pintura titulada “Joven sosteniendo una medalla”.
Parece una apuesta muy grande de Sotheby’s, fijar una base que multiplica por siete el mayor precio del artista en subasta, como siempre mi primer candidato a comprarla es el museo Getty de Pasadena, que hace 30 años compra las mayores obras de Arte Antiguo.