Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
François Pinault (85), nació en un pequeño pueblo de Francia, su padre tenía un pequeño aserradero y de vender leña, empezaron a construir ventanas y puertas.
François compra la empresa de su suegro y pomposamente le cambia el nombre por el suyo. El primer matrimonio dura sólo cinco años y son 3 sus hijos.
En 1970 conoce y se casa con Maryvonne, su actual mujer, quien era mercader de arte, y comienza una colección que en 50 años reúne 400 artistas y 10.000 obras de arte moderno.
Empezó comprando una pintura de Paul Sérusier y luego fueron Mondrian y Van Gogh, para dedicarse solamente al arte contemporáneo en las siguientes décadas…
Siempre quiso hacer un museo en París con su colección y para ello compró los antiguos talleres de Renault en el oeste de París, pero los vecinos no dejaron que se hiciera el museo. Así que mudó sus esfuerzos a Venecia, donde le compra a la familia Agnelli el Palazzo Grassi y restaura la antigua Aduana que hacía 30 años estaba abandonada, creando el Museo Punta della Dogana.
El conjunto de empresas se comienza a dedicar a la alta costura y al consumo del lujo. Compra en 1998 la empresa de subastas británica Christie’s y la convierte en líder de la actividad, luego cede el control de sus empresas a François-Henri (59), su hijo mayor quien está casado con la actriz mejicana Salma Hayek.
Hace décadas que mantienen una guerra silenciosa con Bernard Arnault, dueño de LVMH y competidor en el mismo mercado de lujo, para colmo este consiguió un lugar en usufructo para un Museo que construyó el genio de Frank Gehry, era como una venganza ya que Pinault le había arrebatado la empresa Gucci.
Finalmente François logra que se le adjudique en alquiler la Bolsa de Comercio de París, que se encuentra a diez cuadras del Museo del Louvre. Es un edificio circular del Siglo XVIII que se usaba para el comercio de cereales, lo tendrá por 50 años, pagado un alquiler a la ciudad de París de 12 millones de dólares anuales.
Las reformas las realizó su arquitecto predilecto el japonés Tadao Ando (79), que realizó un gigante cilindro de hormigón en el centro del espacio que tiene 7 mil metros cuadrados, 10 salas de exposición, un café, un restaurante naturalista y hasta una sala de meditación. El costo han sido unos 130 millones, la misma suma que la familia ha donado para la reconstrucción de la Iglesia de Notre Dame.
El pasado sábado 22 de mayo se inauguró el Museo y en la sala VIP sólo se tomaba Château Latour, uno de los mejores vinos del mundo que también es de la familia.
Se ha conservado el mural de 140 metros de largo por 10 de alto que, realizado en el siglo XIX, nos muestra el comercio del trigo en los cinco continentes. Es bueno que aquellos que han logrado éxito en su vida, compartan sus placeres de coleccionistas con los demás, como veíamos la familia Broad en Los Ángeles y las familia Arnault y Pinault en París. Aquí tenemos el buen ejemplo de Amalita Fortabat y de Eduardo Costantini.
París es la ciudad más apasionante para disfrutar del arte, con su Museo del Louve, el Museo d’Orsay, el Picasso, el Petit Palais, la Orangerie y ahora estos dos museos de arte contemporáneo.