Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Nacido en Madrid en 1887 como José Victoriano González-Pérez, no sabemos cuándo se ganó su seudónimo de Juan Gris, que reflejaba la preponderancia de grises en su paleta.
Estudió en Madrid y vivía de las ilustraciones que realizaba para diarios, revistas y libros. En 1906 debía hacer el servicio militar, y para no hacerlo viaja a París para nunca volver a España, donde curiosamente ha sido ignorado por los coleccionistas y por los museos hasta la década del ochenta en que Telefónica compra, durante tres años, 11 de sus pinturas que pueden verse en la sede de la empresa en la Gran Vía y también las vimos aquí en Buenos Aires en el 2008 en exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes. Actualmente en el Museo Reina Sofía de Madrid también hay algunas obras, pero su producción es corta ya que solo vivió 40 años y comenzó con la pintura recién en 1912, y solo lo hizo 15 años y sus pinturas no llegan a 500 obras.
Puede dedicarse a la pintura gracias al contrato de exclusividad que realiza con el marchand Daniel-Henry Kahnweiler, con quien tuvo una amistad profunda y lo llevó a rechazar otras ofertas mejores por ello.
El cubismo comienza en 1906 y el nombre viene de una burla e ironía de un crítico que los califica así a Picasso y Braque sosteniendo que pintaban “pequeños cubos”. El origen del estilo está en Paul Cézanne a quien todos ellos admiraban. Gris fue amigo de todos ellos y fue el único que continuó con el cubismo, cuando los otros lo abandonaron.
La obra de Gris es fácilmente reconocible, algo que no ocurre con las obras cubistas de Pablo Picasso y Georges Braque, que no sabemos distinguir de cual de ellos es la autoría. Hay un mercado muy raro para sus obras, últimamente se ha perdido interés por ellas y las pocas pinturas que aparecen son generalmente pequeñas, de 30×40 cm, y se venden entre 100 y 400 mil dólares. Algunas se han pagado fortunas entre 20 y 50 millones de dólares en cuatro ocasiones. Cuando en la década de los 80 realizó Telefónica sus compras, el promedio de precios era menor al millón. Pero los precios actualmente son más bajos.
Fue amigo de Curatella Manes y el que siempre admiró su obra fue Emilio Pettoruti, que se enojaba si le decías que encontraba parecido en sus obras…
Un gran artista, injustamente infravalorado en la actualidad.