Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Es cierto que la economía mundial está en un momento de crisis y de cambios bruscos, no sólo por la energía rusa, que no está fluyendo en europea, sino también por la inflación norteamericana que ronda el 8%. Y también el precio del galón de nafta que supera los 4 dólares, un indicador muy importante en los Estados Unidos.
Ni hablar que las criptomonedas valen un 50% menos o que las acciones de Netflix un 25% menos y así lo mismo con las de Apple, Microsoft y tantas otras.
Así como ocurre en nuestro país con una inflación cercana al 70 %, donde la gente corre a gastar los pesos como si fuera el último día del Titanic. La semana pasada los remates en Christie´s de Nueva York demostraron que los precios del arte no tienen límite, y podemos estimar la suba promedio en aproximadamente un 33%. Sólo en una noche vendieron 844 millones y en 11 remates realizados entre el día 9 y el 17, vendieron 1.457 millones, algo nunca visto.
Se superaron récords en innumerables artistas. No sólo fueron en pinturas y esculturas, sino también en el esqueleto de un gliptodonte, o la icónica fotografía de Man Ray de 1924, donde sobre la espalda desnuda de Kiki de Montparnasse dibujó dos corchetes como si fuera un violín. La obra la tituló “El violín de Ingres” recordando la famosa bañista que se encuentra en el museo del Louvre. La preciosa modelo fue también la amante de Cesáreo Bernaldo de Quirós, de Foujita, de Van Dongen y por qué no también de Man Ray. Parece cosa de locos que una foto se haya pagado 12,4 millones de dólares.
Generalmente las estimaciones y bases que colocan están cerca del precio de venta y muy rara vez duplica el estimado.
Salió a la venta la obra de un artista negro americano, Ernie Barnes (1938-2009) que también fue conocido como buen jugador de fútbol americano. La obra era típica de su estilo, con figuras alargadas y en movimiento, y Christie´s la estimó en 150.000 dólares. Tal es la inflación y la locura del mercado que hubo 22 ofertantes, y la obra se vendió en CIEN veces más, es decir 15,2 millones de dólares. También duplicó su base la obra de Emanuel Leutze “Washington Cruzando el Delaware” se vendió en 45 millones de dólares. Esta obra ha estado los últimos años en préstamo en uno de los salones más importantes en la Casa Blanca de Washington.
Uno de los récords más importantes fue la escultura de la bailarina de 14 años de Edgar Degas que se vendió en casi 42 millones, y los pasteles de la misma colección duplicaron sus bases.
El oscuro paisaje de Londres de las casas del parlamento de Claude Monet alcanzó los 76 millones, y un mediano Jackson Pollock alcanzó los 54 millones.
Jamás en la historia se ha vendido tanto como en esta semana pasada, y ahora le toca el turno a Sotheby´s que arrancó, el pasado lunes, con 30 obras producto del divorcio de Macklowe, con las obras que habían vendido en noviembre. Ya llevan recaudados 922 millones y es la venta más grande en la historia de una sola colección, superando incluso la venta de Rockefeller.
Sinceramente me es muy difícil dar un pronóstico, hace ya más de una década que veo un crecimiento demasiado grande en los precios del arte internacional, y siempre estoy esperando una corrección a esta suba desmesurada de precios. Lo que está ocurriendo supera todo lo conocido y hay algunas cosas imposibles de justificar. Uno de los retratos de Marilyn Monroe de Andy Warhol, realizado en serigrafía (impresión en offset de una imagen), se vendió en 195 millones de dólares, y al día siguiente salieron otras 10 serigrafías numeradas 250, es decir que de cada una hay 250 copias y se pagaron medio millón de dólares cada una.
Nada tiene lógica, lo único que sí es una constante, es que en épocas de crisis el arte es el gran refugio. Desgraciadamente esto no ocurre en nuestro país. Los restaurantes están llenos, hay como una fiebre por desprenderse de los pesos, pero ni el arte ni los inmuebles mantienen sus precios.