Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
En la historia del arte universal hay muchos artistas que pertenecen a una misma familia, el caso más grande es el de los Koekkoek que son 17 artistas en dos siglos y el último trabajó en la Argentina y fue Stephen. Los Brueghel también han sido muy prolíficos en cantidad y calidad de artistas. Actualmente el ejemplo más conocido es el de los norteamericanos Wyeth.
Son tres generaciones y comienzan con NC (Newell Convers) nacido en 1882 y fallecido en 1945. Se conocen cerca de 3 mil pinturas de su mano e ilustró 112 libros, fue muy popular y tuvo sus primeros trabajos en encargos referidos al Oeste americano, a donde viajo para conocer sus costumbres. Le fue muy bien pero desgraciadamente le robaron todo lo que tenía ahorrado, así que trabajó de cartero y así pudo volver a su casa y continuar una exitosa carrera. Tuvo 5 hijos: Henriette (pintora de retratos), Carolyn (también pintora), Nathaniel (inventor de la botella de plástico, entre otros inventos), Anne (música) y el menor, Andrew, quizás el pintor más popular de la historia de USA. Alguno de sus trabajos se han pagado 6 millones de dólares.
Andrew, quien falleció en el 2009 con 91 años, es un genio de la acuarela y del temple, la técnica preferida por los flamencos y la más utilizada hasta el siglo XVI, son pigmentos mezclados en yema de huevo y sin aceite. Muy enfermo en sus primeros años, recibió la educación en su casa y fue el compañero de taller de su padre. Admirador de Winslow Homer, sus paisajes son famosos y su obra “El mundo de Cristina” es sin duda la más popular de todo el arte americano. Los alrededores de su casa en Filadelfia, y su casa de veraneo en Maine, han sido sus temas preferidos. Durante 14 años, entre 1971-1985, realizó 247 pinturas teniendo como modelo a su vecina alemana: Helga, nadie sabía de estas pinturas y en 1986 se las vende todas a un coleccionista americano que realiza una recordada exposición en la National Gallery de Washington, luego se las vende en una fortuna a un coleccionista japonés. Se venden unas 18 acuarelas por año en remates, con valores que van de 75 mil a un millón de dólares, sus temples son más escasos y alguno se ha pagado 10 millones como el que ilustra esta publicación.
Creo que es una buenísima inversión su obra y se va a valorizar mucho más que el 22% que acumula en dos décadas.
Uno de sus hijos, Jamie (74), es también un gran pintor realista y muy admirado en su país. Una de sus obras alcanzó los 1,7 millones de dólares.
En Argentina tenemos a la familia Barragán y a la familia Pierri, donde hay varios artistas en las mismas.