Porteño de ley, Daniel Kaplan nació en Buenos Aires en 1965. Estudió en las escuelas de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y Ernesto de la Cárcova. En un viaje de estudios a New York tomó contacto con la obra realista de sus admirados John French Sloan, George Bellows y Edward Hopper, el mayor pintor de los neoyorquinos. Y allí, lejos de la patria, se reencontró con nuestro Tango, fusionando todo eso que tanto le gustaba en un nuevo estilo de pintura tanguera que deja de lado todo estereotipo conocido.
Se convirtió en un fanático del tango y es un habitué de todas las “milongas” porteñas, que luego recrea en sus obras. “No pinto lo que veo, pinto un sentimiento, una pasión, un ritmo…”, dice Kaplan.