Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Poco conocida y recién descubierta en una retrospectiva hace 70 años, esta gran escultora tuvo una vida trágica. Ya a los 12 años modelaba con barro y era su familia la que le servía como modelo. Otro gran olvidado, Alfred Boucher, un monumental escultor, la descubre y le enseña los secretos de la obra de arte en tres dimensiones.
Cuando Camille, luego de 7 años de estudio y sin conocer la obra de Rodin, modelaba en estilo parecido, su maestro la lleva al taller de Rodin. Su primer trabajo fue modelar las manos y los pies de “Los Burgueses de Calais”. Rodin tenía 43 años y estaba casado con Rose Bouret, pero se enamora de Camille, quien con sus 19 años se convierte en la única discípula y hasta le promete por escrito casamiento.
Claudel era también su modelo predilecta y sólo pudo realizar 14 esculturas absorbida por el enamorado maestro, que nunca cumplió su promesa, ni abandono a su mujer.
Camille se separa y Rodin la sigue recomendando para encargues y con los críticos de la época. Realiza una exposición en 1905 con buena crítica, pero ante sus problemas nerviosos, no logra cumplir con encargos de importantes coleccionistas. Curiosamente trabajó en materiales como el ónix y el alabastro que no eran muy utilizados.
Su hermano Paul, en 1913, cuando la artista vivía encerrada en su taller y la miseria la rodeaba, la interna en un psiquiátrico cerca de París y luego en otro en Avignon. Vivió 30 años en los manicomios y falleció en 1943.
Obras suyas pueden verse en el lindísimo Museo Rodin en el centro de París y curiosamente en la ciudad de México, en el Museo Soumaya, ya que su dueño, Carlos Slim, es aficionado a su obra. También en el Museo Camille Claudel, en las afueras de París, que se inauguró hace 4 años.
Una lindísima película, realizada en 1988, con Isabelle Adjani y Gérard Depardieu ha contribuido a conocerla.
Su obra más famosa, “Le Vals” (69 cm de altura), tiene una gran cantidad de fundiciones y por ello sus precios fluctúan entre 600.000 y 6 millones de dólares. Un pequeño mármol de un niño se vendió en 2,4 millones.
En la Argentina se destacan las mujeres escultoras de gran calidad: Lola Mora, María Juana Heras Velasco, María Simón, Alicia Penalba, Eliana Molinelli, Lucia Pacenza, Silvia Celcer, Noemí Gerstein, Marta Minujín, María Cristina Lattes y Vivianne Duchini son algunas destacadas.
La escultura es una asignatura pendiente para la mayoría de los amateurs en nuestro país.