Vanguardia y construcción
Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Nació en Buenos Aires en 1929, pero desde niño vivió en Córdoba y nunca perdió su “acento mediterráneo”.
Su padre era arquitecto y su madre tenía estudios de pintura, lo que le permitió enseñarle a Marcelo lo básico y a amar el arte. Ingresa a estudiar Arquitectura pero a los dos años viaja a Italia y comienza a dedicarse a la pintura y el dibujo.
Con 27 años realiza su primer exposición en el Museo Municipal Genaro Pérez de Córdoba y es nombrado profesor de Artes Plásticas en la Universidad.
En 1958 obtiene el Premio Guggenheim que le permitiría instalarse durante un año en Nueva York, se enamora de la ciudad que en ese momento era el centro creativo más importante y frecuenta el Cedar Bar, donde comparte jornadas con De Kooning, Rothko y Pollock. Conoce la obra de Joseph Cornell que influencia en su obra a través de sus famosas “cajas”.
Comparte con el uruguayo Gonzalo Fonseca su pensamiento sobre el arte y finalmente, recién vuelve luego de 33 años en 1991.
Logramos convencerlo firmando un contrato con Zurbarán y así terminar con la “nostalgia” que nos manifestaba cuando lo visitábamos en Manhattan.
En Córdoba monta su taller en una antigua fábrica de alfajores, y hasta su fallecimiento en 1994 realiza su mejor obra, en nuestra opinión.
Cuando contaba solamente 40 años, recibió el Premio Internacional de la Bienal de San Pablo y su obra está presente en muchos museos de Norteámerica.
Sus obras más destacadas son a la manera de un relieve escultórico, sus “construcciones” las comenzaba sobre una superficie en madera que luego “cubría” con capas de estuco con polvo de mármol y luego trabajaba con pigmentos naturales.
Siempre fue considerado uno de los más importantes artistas de la vanguardia argentina y con él pensábamos que era un “clásico” que estaba más relacionado con Pompeya y el arte italiano que con la modernidad.
Debido a que su obra fue realizada en Nueva York, la mayoría de sus creaciones no son conocidas en nuestro país y bueno sería que se realizara una gran exposición en uno de nuestros Museos.
Su hijo es un arquitecto conocido en USA, atesora parte importante de su obra y ha realizado una valiosa publicación sobre la misma.
Hace 35 años que sus obras se ofrecen en subastas de Nueva York, y también en los últimos años algunas en Buenos Aires, no son más de 4 por año y sus precios promedios son de 20.000 dólares, aunque algunas se han vendido en 62.000 dólares.Un artista y persona encantadora, un amigo con el cual se disfrutaba hablando de arte y sin duda uno de los más originales artistas del Arte de los Argentinos.